El uso de técnicas de mindfulness
y el trabajo enfocado a la aceptación, dan relevancia a la importancia que los valores del paciente tiene en su vida y la importancia de la relación terapéutica; creando una relación distinta con el síntoma, las emociones, las sensaciones o los pensamientos desagradables o distorsionadores, aceptándolos como fenómenos mentales que aparecen y desaparecen.
En este estilo de terapia no se trata de cambiar la forma en que interpretamos lo que nos rodea, sino de “ser conscientes y aceptar” los pensamientos como fenómenos mentales independientemente de su contenido concreto.